La marcha atrás de los dirigentes independentistas catalanes sobre la aplicación de la hoja de ruta del proceso soberanista ya es general, en muchos casos, para salir de la cárcel o para evitar la entrada. De todas formas, todos están expresando su acatamiento al artículo 155 de la Constitución, la aceptación de las vías legales en la actuación política y el rechazo de la unilateralidad.
El proceso soberanista ha fracasado
Estos planteamientos significan, entre otras cosas, que el proceso soberanista ya ha terminado -con un contundente fracaso-, y que si continúa lo hará mediante otro tipo de modelo, probablemente definido por aceptar que la independencia no es posible por el momento y que un eventual referéndum sólo será viable si se ha negociado con el Estado.
Sólo hay una excepción: el ex presidente Puigdemont, huido con cuatro ex consejeros de su Govern a Bruselas para escapar de la acción de la justicia española, que está esperando que las autoridades belgas los trasladen a España. Puigdemont sigue defendiendo en Bruselas unas posiciones que sus teóricos aliados y compañeros en Catalunña ya han descartado.
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