Policias antidisturbios: “aquí te odian hasta los pijos vestidos con polo de Ralph Lauren”
Nada más llegar los enviaron como refuerzos a la Delegación del Gobierno en Catalunya porque, el día de la huelga general -“aturada de país” según los partidarios del proceso- había una concentración independentista. Tras lo ocurrido, los ánimos estaban caldeados.
“Nos sorprendió porque la gente no paraba de insultarnos, alguno incluso nos escupía”. “En cambio había un jefe de los Mossos que iba dando la mano a los manifestantes”. “Un tío alto, con el pelo gris, parece que es muy conocido aquí”, explica uno de los agentes.
La confianza entre los Mossos por una parte y Policía y Guardia Civil, por otra, se ha roto. Y eso que estamos en nivel 4 por amenaza terrorista. Los agentes tienen la sensación de que el 1 de octubre “nos dejaron en la estacada, sólo hay que ver las imágenes”.
“Los Mossos podían haber cerrado los colegios antes, no cuando la gente estaba dentro” explica uno de ellos. Y esa es la opinión generalizada. “Fueron en pareja a cada escuela a ver si, por favor, podían cerrar. Así no se hacen las cosas”.
“Nosotros no entramos en política -añaden- pero si un tribunal dice que una cosa no se puede hacer no se puede hacer y, en este caso, era el Tribunal Constitucional: nos limitamos a cumplir órdenes”.
“Si llegas a una escuela y hay 200 o 300 personas rodeando el centro ¿qué haces?. Piense que, antes de que se monte toto el dispositivo, puede pasar una hora o hora y media. Y la gente no se iba”. “Ahora no me dirán que los Mossos no han desalojado gente, incluso por la fuerza”.
“Em cambio con la Guardia Urbana de Barcelona no hemos tenido ningún problema, se han portado muy bien con nostros”, tercia otro agente. “Los cuerpos policiales están para obedecer las órdenes de los jueces”, insiste.
“Piense que yo no he encontrado tanto odio como aquí. Estuve en el 15-M y ahí te insultaban, pero aquí ves auténtico odio en los ojos de los manifestantes.
“Además es un odio transversal: ves uno que puede ser de la CUP pero al lado un pijo con polo Ralph Lauren que te mira igual”.
– ¿Y ésto como se arregla?, pregunto antes de terminar
– Ni idea. Nosotros sólo somos policías. Cumplimos órdenes.
Acceden a ser fotografiados de espaldas, cuando nos despedimos de ellos.
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Sólo les falta ladrar de rabia. Siniestros con las velitas.
Se arregla no comprando productos catalanes y haciendo que las empresas se vayan de allí. En ese momento verán todo lo que se les generaba y que están perdiendo por su actitud.
Esa no es la solución. La mayoría de los productos catalanes se hacen con productos de otras regiones. Al final el boicot es para la economía española y cuando digo española me refiero a toda la península