NO ME DUELEN PRENDAS
Llegó, por fin, el tan esperado por unos y temido por otros, día dos de octubre de 2017. Y, como predije y conmigo muchos españoles, no hubo referéndum en Cataluña. Pero, desgraciadamente, hubo una realidad tristemente peor. Porque hubo un golpe de estado en toda regla protagonizado por unos sediciosos catalanes y sus repugnantes cómplices, los mozos de escuadra.
Hubo, también, un tal Sánchez que -ciego desde hace ya muchos meses por echar (sin urnas) a Rajoy– actuó de una manera innoble, poniendo una vela a Dios y otra al diablo, echando la culpa por igual al golpista Puigdemont y al presidente del Gobierno. Y hubo, por último, las múltiples excrecencias marxistas y separatistas que aspiran a que España sea otra Venezuela.
Ante la gravedad de los hechos, no me duelen prendas en pedir lo que sigue: Pido al Gobierno de España, la disolución de los mozos de escuadra; Pido la aplicación, con carácter inmediato, de los artículos 8 y 155 de nuestra Constitución y, por consiguiente, la intervención de la autonomía catalana; Pido a la autoridad judicial que aplique con el máximo rigor el Código Penal y encarcele a todos los implicados en el golpe de estado; Pido que se sancionen con las máximas penas pecuniarias a todos los implicados, sean políticos, funcionarios y policías catalanes que han participado, por acción u omisión en tan escandalosos y graves acontecimientos. Y pido, por último, que A: se rompa definitivamente el diálogo con todos ellos porque esa basura no es digna de sentarse a una mesa junto a personas decentes; B: se busquen otros interlocutores que no estén enajenados y sean personas razonables y C: que se estudie muy seriamente la continuidad de las autonomías, al menos en los niveles de competencias que tienen.
GABRIEL MUÑOZ CASCOS
CÓRDOBA