Gabriel Muñoz Cascos.- Tengo que confesar que ni por mi edad ni por mis escasas habilidades futbolísticas podría haber desempeñado, ni ahora, ni nunca, el cargo de seleccionador nacional de futbol. Ni siquiera de infantiles o alevines. Sin embargo, me gustaría tener cierta autoridad o influencia sobre quien actualmente ostenta esa tarea en España, el Sr. Lopetegui, para pedirle que antes de confeccionar la lista de quienes nos van a representar en los próximos eventos de la selección española, tenga muy en cuenta de excluir automáticamente a quienes, por activa o por pasiva, han manifestado con todo lujo de detalles -y recochineo repugnante- que no se sienten españoles, que no quieren ser españoles y no se reprimen en insultar, con luz y taquígrafos, todos los días que les peta, a España, al Jefe del estado, el Rey de España Felipe VI, al gobierno legalmente constituido y a quien haga falta. La cuestión es satisfacer sus bajos instintos cívicos y ciudadanos tratándonos a los que no somos catalanes o independentistas sediciosos y ladrones, como la escoria de la humanidad.
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