Gabriel Muñoz Cascos.- En la sección local del ABC de Córdoba del día 20-9-2017 leo una noticia referida al cordobés Eduardo Reyes, diputado del JxSí, que, en un mitin de Izquierda Republicana de Cataluña, en el Prat del Llobregat dijo literalmente “he decidido dejar de ser un gilipollas”. Luego, refiriéndose a España, afirmó que más vale navegar en una zodiac con dignidad que en un trasatlántico podrido de corrupción.


Como él mismo confiesa que, hasta ahora, ha sido un gilipollas, no tengo que decir nada en contra. Porque según un axioma o dicho jurídico, harto conocido, a confesión de parte, relevo de pruebas. Él sabrá por qué. En ese mitin “multitudinario” (que solo logró reunir a 250 personas) se despachó contra el gobierno español del que dice que ha convertido a España en una fábrica de independentistas. También señaló (ja) que ganara el sí en el referéndum y que “el día 2 de octubre Cataluña será un estado independiente libre con todos los derechos”.
Me va Vd. a perdonar Sr. Reyes, pero me temo que, a sus 66 años, todavía no ha aprendido nada. Y supongo que, como llegó a Cataluña con sólo 8 años, fue debidamente “catequizado” y abducido ya no tiene remedio. Pero le voy a decir un par de cosas interesantes: La corrupción económica que hay en Cataluña es, aproximadamente, la mitad de la que hay en toda España, a pesar de que la población catalana solo representa el 16%. Además, es Cataluña la que está llena de embusteros, ladrones prevaricadores y ególatras con el agravante de que está gobernada por incapaces independentistas, que allí salen como hongos. Por último, deseándole lo mejor a Vd., a sus hijos y a sus nietos, le recomiendo que no sea cándido. Aunque ya no se considere gilipollas, Vd. para los catalanes, seguirá siendo siempre “un charnego”.
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