• 48 horas de la masacre en tierras catalanas. 
  • 14 muertos, más de 100 heridos.
  • 5 terroristas abatidos, otros dos fallecidos cuando preparaban sus bombas. 

El Diestro.- En las últimas horas se están produciendo nuevas detenciones de sospechosos de participar en la preparación de los atentados. 


Al parecer, el comando asesino estaría integrado por una docena de criminales, liderados presuntamente por el imán de Ripoll, de nombre Abdelbaki Essati. Los mossos barajan la idea de que el imán lideró el proceso de radicalización de los jóvenes muertos y detenidos de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils.

Todo el mundo sabe que las mezquitas y los lugares de culto son los lugares en los que tradicionalmente se han llevado a cabo los procesos de captación y radicalización de los jóvenes y su transformación en yihadistas, preparados para atentar. Aunque es preciso tener en cuenta que ese proceso se traslada cada vez con mayor frecuencia del lugar físico de la mezquita, al espacio digital, a Internet.

Los servicios antiterroristas prestan una especial atención a los lugares de culto, -más de un millar en España-, y especialmente a los situados en Cataluña, Andalucía, Ceuta, Melilla, Comunidad Valenciana y Madrid son las comunidades que albergan mayor número de oratorios.

Para la Fiscalía Coordinadora de Terrorismo ‘Yihadista’ aunque es cierto que los centros de culto han dejado de ocupar el lugar prioritario de captación que antaño tenían, en torno a las mezquitas los captadores siguen desplegando actividades de proselitismo que hay que vigilar y tener en cuenta.

En este contexto, y cuando las víctimas mortales no han sido enterradas aún, es preciso recordar que hace apenas 1 año, la alcaldesa Ada Colau, encargó un informe para estudiar la edificación en Barcelona de la mezquita más grande de Europa. Dos años atrás, en 2014, se supo que la familia Balañá, propietaria de la plaza de toros Monumental de Barcelona, estaría negociando la venta del espacio al emir de Qatar, quien habría puesto sobre la mesa una inversión de 2.200 millones de euros para la compra y reconversión del coso en la tercera mezquita más grande del mundo, después de las de La Meca y Medina, según avanzó el diario 20 Minutos. El proyecto de megamezquita tendría una capacidad para unas 40.000 personas y un minarete de 300 metros de altura.

Tan sólo desde el PP se alzaron voces discrepantes. Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, se mostró contrario a que en la antigua plaza de toros de la Monumental se construya una “megamezquita”.

Alberto Fernández afirmaba entonces que un proyecto de estas características no es idóneo en una ciudad como Barcelona, con unos “promotores que defienden unos principios claramente contrarios a las normas de convivencia“. A su juicio, es preocupante que una inversión de este tipo “pueda realizarse por parte de personas y países que no es que tengan unos valores que están en nuestras antípodas, sino que entran en colisión con los nuestros”.

La alcaldesa Colau encargó un estudio a la Universidad de Barcelona, que emitió un informe en el que se destaca que el estado de los oratorios en la capital catalana es una «asignatura pendiente». «Quizás es hora de que un equipo municipal coja el toro por los cuernos», El informe incidía en que el Consistorio debería conceder permiso para la obra y que este paso ayudaría a «visibilizar la pluralidad religiosa de la ciudad».

El proyecto de Colau pasa por levantar la mezquita en el barrio barcelonés de Nou Barris, cuyos vecinos se oponen a la iniciativa y mantienen protestas activas desde el pasado mes de marzo. No obstante, a la “alcaldesa del cambio”, le dan igual las preferencias de los habitantes de ese barrio (muchos de los cuales la han votado), y por encima de las necesidades e ideas de los barceloneses, antepone su objetivo de “confraternizar” con el mundo musulmán.

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Los vecinos se oponen a la construcción de la mazquita. Tienen miedo, mientras los cachorros de la CUP y sus marcas blancas han corrido para tachar de racistas a los vecinos, quienes consideran que “Colau recuerda que en estos barrios fue la más votada, pero ella está más interesada en la foto progre y colorida con colectivos de inmigrantes que no con los vecinos de clase obrera de toda la vida”.

Así están las cosas. Ignoramos si los barceloneses estarán ahora más abiertos a acoger lugares de culto islámicos o por el contrario, aumentarán sus temores. Tema aparte es el de la financiación. ¿Con qué dinero se construyen esas mezquitas?