@conelmazo_dando.- Los españoles empiezan a despertar, cada vez son más los que renuncian a la militancia o al sometimiento que exigen los partidos, cada vez son más los que dicen “ninguno me representa” “no pienso votar a ninguno” “este me ha decepcionado” “en este político no se puede confiar” “no hay nadie en el parlamento que defienda España” y con razón, a parte de sus batallas dialécticas que no llevan a ninguna parte, todos los partidos que habitan o parasitan el parlamento parecen dirigir sus propuestas hacia la misma meta, la insostenibilidad de del sistema o la desmembración de España.

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Cada vez somos más los que no nos sentimos representados por unos políticos que han renunciado a la aplicación de la ley, siempre y cuando el asunto tenga que ver con los políticos o sus partidos, ni la ley de partidos, ni el cumplimiento de la constitución, han hecho calar entre sus bases, que eso de aplicar las leyes, es muy radical, muy contundente, han impuesto la máxima de que la solución política está por encima de las leyes, y sus bases les apoyan hacia un camino que contradice y destruye la democracia, afortunadamente, eso se está acabando.

La gente empieza a reaccionar y es que, en el intento de hacer pedagogía del posicionamiento de su partido, la gente les ridiculiza, vivimos en la era de la información, cualquiera con un móvil tiene argumentos suficientes para rebatir lo que sea, cuanto más un argumento que se cae por sí solo, la gente que sigue aferrada a los partidos, para poder defender el posicionamiento de sus partidos lo primero que hace es renunciar a sus valores, cuantas conversaciones empiezan por “yo estoy en tu línea pero…” “yo pienso como tu pero…” “eso se debería haber hecho hace mucho pero…” seguidos de una falsa laxitud para aceptar el posicionamiento del contrario, tal y como exige su partido.

Los españoles se han cansado de ser meros espectadores o peones de las estrategias de los unos partidos, solo persiguen mantenerse, aumentar sus ganancias, o subir en número de enchufes que fortalezcan su clientelismo y sus bases.

Los españoles quieren más, quieren políticas dirigidas al fortalecimiento de España y no funambulismos que sostengan en el tiempo el negocio separatista.

Los españoles quieren medidas económicas que redunden en los bolsillos de los que se esfuerzan cada día para pagar impuestos para que se mantengan los servicios públicos y no equilibrismos para seguir aumentando el gasto que los políticos usan para fomentar su clientelismo.

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Los españoles quieren que sus esfuerzos beneficien en su futuro, en el futuro de sus hijos y sus familias y no para proporcionar una vida de lujos sin esfuerzo al último que llega sin necesidad de aportar ni la intención de hacer el bien.

Los españoles se han plantado y están reaccionando, en contra solo tenemos a un puñado de políticos que se empeñan en legislar contra los deseos y el bien de quienes les votan, pero ellos saben que penden de un hilo que a nosotros nos corresponde cortar, cada vez más españoles los están cortando, esta banda de vividores, insaciables y desleales se va a caer con todo el equipo.