J.R. Domínguez.- En la vida, las personas podemos ser más o menos listos, y los hay quienes llamamos listillos. Corresponde a la persona que finge o presume que sabe mucho, un sabelotodo o resabido. Lo contrario al listillo es el ignorante o el pringado. Y también están los honestos o decentes en mayor o menor grado, y su contrario es el deshonesto o licencioso o corrompido o indecente.
Entiendo que el listillo es un sabelotodo indecente porque usa su cualidad para sacar provecho sagaz de las circunstancias de los demás. La lista de tales personajes se me antoja interminable, desde el corrupto a distinta escala, al aprovechado que está a tu lado en el trabajo.
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En el panorama nacional e internacional en la actualidad encontramos personajes que van de listillos de manera indecente. En España están, desde la censurada actual de la Sra. Carmena, que bien se lo merece, porque con su marisabidilla septuegenaria quiere convencernos con astucia y engaños que lo de espíritu de Ermua no toca, pero sí el orgullo gay, y con razón cínica dice que todos tenemos que convivir aunque pensemos distintos. Otra marisabidilla cuartegenaria es la Colau, alcaldesa de Barcelona, que con su listeza mental ahora dice sí a la sedición de Cataluña, y ayer decía que no. ¡Que termine ya sus estudios!.
Al Sánchez, que no se le oye y su resabida ignorancia hace que su PSOE esté dividido por regiones españolas en decisiones de política de unidad del partido, y más que esta sea su preocupación, su objetivo es echar al gobierno del gobierno, y es de carcajada la forma que quiere conseguirlo. Al igual que el repipi universitario de Podemos, que nadie en su partido le hace caso, y se halla redicho y cabreado. Rajoy, está desaparecido y en silencio de gobierno ante la sedición de los secesionistas y nos tiene confusos, sin saber si sube o baja la escalera. Sáenz de Santamaría, convenciendo del espíritu de Ermua, sin convencer por sabidilla, “si, pero…” Y un tal Puigdemont que por listillo está sabihondo de miedo ante el fracaso con sus sonrisitas de su deshonestidad golpista.
En Europa la Sra. May que va de listilla a un Brexit que perjudica a 300.000 ingleses de vida en España, que sufren las decisiones de un creído y soberbio Reino Unido. Y para acabóse en Venezuela el pringado Maduro, que está en un corral de gallos y gallinas con depredadores matones desnortados ejecutando a luchadores por la libertad.
Todos, en nuestro trabajo, siempre hemos tenido más de un listillo, para mí calificados de ignorantes resabidos que consiguen su puesto de trabajo de forma deshonesta y pringando a sus fieles compañeros que necesitan de él para mismo fin. Así nos va la excelencia humana en el trabajo. Jefes para sí y no para servicio de los demás. ¡¡¡Qué vergüenza!!!, es lo modernamente correcto o conveniencia personal en lo político y laboral actual.
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