Con el doble de imputados que la Malaya, el juicio tendrá problemas para encontrar una sala de vistas para 300 personas
Sin duda la juez Mercedes Alaya ha batido muchos récords. De popularidad, tras salir constantemente fotografiada con su inseparable«trolley»; de constancia, tras más de tres años y medio investigando la misma causa con nuevas diligencias y nuevos autos sin dejar un respiro; de horas de declaraciones, durante largas jornadas que se prologaban hasta la madrugada.
Pero, sin duda, el mayor récord de todos los que, hasta ahora, ha superado la juez, es el de número de imputados. Con 199, según el último recuento realizado tras el auto en el que hace solo unos días imputaba al exsecretario de UGT-A, Francisco Fernández, y a otros empresarios más, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirmaba el dato. El caso de los EREfraudulentos que tiene contra las cuerdas a la Junta de Andalucía se ha convertido ya en la mayor macrocausa por corrupción de toda España. De las que hay y de las que se recuerdan en la historia de los tribunales españoles. Una macrocausa que ha tenido, utilizando las propias palabras del fiscal anticorrupción, «un crecimiento desmesurado». Y eso que Alaya no ha dicho aún la última palabra.
De hecho, ni la Operación Malaya (que ya fue juzgada y sentenciada) se le acercó. Ni de lejos. El macro juicio por la corrupción urbanística en Marbella, que se prolongó durante meses y meses, se quedó al final en menos de mitad de lo que van en los ERE, puesto que solo se sentaron en el banquillo 95 personas. Menos de la mitad de los que Mercedes Alaya lleva imputados hasta ahora. Según el TSJA,solo existen algunas causas por fraudes a la Seguridad Social en las que hay más imputados (al parecer en Granada hay una mayor). En cualquier caso, no se trata de investigaciones por corrupción, sino de otros temas que pueden considerarse menores.
Hará falta una «macrosala» para el juicio por este caso de corrupciónPero ¿qué puede suponer la enorme magnitud del caso de los ERE a efectos prácticos? La magnitud de la causa tendrá muchos más efectos en el futuro. Aunque la instrucción aún no ha finalizado y se desconoce cuándo y dónde se celebrará el juicio, en el TSJA lo reconocen abiertamente: «el problema será cuando llegue el juicio» ya que, hasta ahora, el juzgado ha tenido los medios que iba solicitando.
Y es que, si no se despieza, como pide la Fiscalía, y si sigue adelante con ese número de imputados, será verdaderamente difícil encontrar una sala donde celebrar el juicio. En Málaga tuvieron la suerte de que la Ciudad de la Justicia estaba prácticamente recién estrenada. Y aun así tuvieron que hacer obras para celebrar la vista oral. Además también contaban con los medios y todas las nuevas tecnologías para hacer más fácil el seguimiento de las sesiones a la prensa. Y todo ello tuvo un coste para la Junta de Andalucía de unos 600.000 euros.
Eso significa que el juicio de los ERE costaría más. En primer lugar hará falta una macrosala. Y es que, aunque algunos de los 200 imputados compartan letrado, mínimo serían cien. Y si a ello se suman los dos centenares de procesados, haría falta un estrado para colocar a 300 personas.
Algo que no hay en Sevilla cuya eterna promesa de la Ciudad de la Justicia se ha convertido ya en una utopía y donde tienen que conformarse con viejos edificios. Ni en el edificio del Prado ni en la Audiencia de Sevilla y mucho menos en el Noga o en Viapol (donde las salas de vistas son pequeñas) hay espacio material.
Así, en la Audiencia Provincial de Sevilla la sala más grande es la que se ubica en la planta segunda, donde se celebran los juicios con jurado. Pero, ni que decir tiene que no habría espacio para sentar en el banquillo 200 imputados con sus correspondientes letrados. No hay ninguna sala de esa dimensión en Sevilla», decían desde el TSJA que también aseguraban que «algo habrá que inventar».
En otras dependencias
Por eso, aunque aún no hay previsiones porque se desconoce la fecha del juicio y si finalmente podría ser en el Tribunal Supremo (por la imputación de aforados) o en Sevilla, el problema será donde celebrar la vista. Habría que buscar un sitio extra. Probablemente fuera de las dependencias judiciales, y ello, según reconocen de forma oficiosa en el TSJA, «podría costar un dineral». «Podría ser en Fibes», apuntaban desde la Junta sin concretar nada.
Otra cuestión es la duración del juicio. Si el juicio de la Malaya, que era la mitad de imputados, duró dos años y se tardó un año en dictar la sentencia de3.000 folios. Con los ERE todo puede ser el doble: la duración de la vista, la sentencia y el fallo. Claro que, otra cosa sería si se celebra en Madrid en el TS. Algo que, hoy por hoy, es una incógnita ya que ni está claro cuando remitirá el sumario a Madrid. Ni tampoco si el alto tribunal se quedará con el caso o lo devolverá a Sevilla. Muchas preguntas para una macrocausa aún viva. Y qué aun podría crecer más.