Gabriel Muñoz Cascos.- Pero eso no es todo. Porque el “nuevo” Pedro Sánchez Castejón, entronizado como Secretario General del PSOE (¡ojo! con solo el 70% de adhesiones ¡de sus militantes!) no ha cambiado nada. O, mejor dicho, ha cambiado a peor. Me explico: Ya no luce tras de sí una gigantesca bandera española con la que quiso “disimular” sus verdaderas ideas. Ahora, con su brazo en alto y el puño cerrado, le gusta cantar la “Internacional”, himno y gesto que todo el mundo conoce como lo contrario de concordia, buena convivencia y respeto por los demás. style=”display: block;” data-ad-format=”auto” data-ad-slot=”7261816399″>
Y se adhiere a aquello de la plurinacionalidad de nuestra España, ignorando lo que significa el término nación (lo acreditó y está gravado en la respuesta que le hizo a pregunta de Patxi López). Con el nombramiento sectario de su Ejecutiva y la exclusión de los barones, se ha cargado la paz que debería haber en el PSOE. Le hace continuos guiños a Podemos y al movimiento 15M, que, como todo el mundo sabe, tiene como fin la destrucción de lo que ellos llaman “sistema”. Y más guiños a las imposibles aspiraciones de los separatistas, sabiendo, además, que para alcanzar ese dislate se necesitarían los votos de los dos tercios de cada una de las Cámaras.
Y es que su “único proyecto” es echar a Mariano Rajoy y al PP. Pero no ganándole en buena lid, con los votos de los españoles (militantes y no militantes) sino con “malas artes”. Todo esto lo saben muy bien los suyos y ya van surgiendo problemillas. Pedro debería saber que los votantes no son los militantes y, éstos, no llegan, en el mejor de los casos, al 4% de los votantes. Creo que se equivoca una vez más. Y ello es malo para él y para España. style=”display: block;” data-ad-format=”auto” data-ad-slot=”7261816399″>