Corre el siglo veintiuno,
entre conquistas sociales
y discursos oficiales
que se transforman en humo.
Al tiempo yo me consumo,
viendo como una mujer,
que porta mi propio ser,
me quiere herir con su mano.
¿Y yo siendo un ser humano,
no tengo opción a nacer?
La actual civilización,
tan injusta y lacerante,
consiente que en un instante
se tome la decisión,
de matar un corazón
como si fuera un deshecho,
porque un errado derecho
los hombres han postulado.
¿Y siendo un derecho errado,
porqué anula mi derecho?
Creo que el acto tan sangriento
de detener una vida,
es una infame medida
que implica remordimiento.
Y que ha llegado el momento
en que debéis admitir,
que no es bueno transgredir
lo que de Dios es anhelo;
¿Porqué no miráis al Cielo
y me permitís vivir?
Córdoba, 18 junio 2017
GABRIEL MUÑOZ CASCOS
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