Santiago Torres.- Un caballo de batalla de la progresia es atribuir a la Muerte una característica que no puede tener, como es la Dignidad.

La Muerte carece de Dignidad porque ese adjetivo no le es aplicable.
Se vive con Dignidad o sin ella y el fin de una vida Digna o Indigna es la Muerte, que es solo eso: la CULMINACIÓN DE UNA VIDA.

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La Muerte puede ser dolorosa, lenta y agónica, como resultado de una enfermedad pero las enfermedades son parte de la VIDA y estar vivo consiste en alternar salud y enfermedad, alegría y tristeza, dolor y placer, compañía y soledad,……
En ningún sitio se garantiza una vida sin enfermedades y, que se sepa, no hay vida que no tenga un final.

El Fascismo Nacional-Socialista y el Fascismo Comunista, como Ideologías de la Muerte que son, niegan al Individuo todos sus Derechos, desde el de Pensamiento, Credo, Propiedad, Información,….. hasta el Derecho a la VIDA y el Derecho a morir sin intervención del Estado.

A través del pretendido Derecho a una Muerte Digna se abre un abanico de posibilidades para que los Estados Fascistas apliquen Políticas Eugenésicas de Eutanasia activa contra la Sociedad y el Individuo.

Por ejemplo, en Andalucía, la Junta interviene el patrimonio de los que ellos consideran, según su arbitrario criterio socialista, enfermos terminales, para apropiarse de posibles Herencias, aunque no hayan sido incapacitados legalmente.

Este comportamiento inhumano es propio de los buitres carroñeros que revolotean en círculos sobre una persona tendida en el desierto (que igual solo toma el sol) marcando con su vuelo la propiedad de los posibles despojos.

La Muerte es una experiencia estrictamente personal y ante ella el Estado debe permanecer al margen (al igual que en la Sexualidad o en el Sentimiento Religioso, por ejemplo).

La Progresia Atea quiere disputar a Dios el Monopolio sobre la Vida y la Muerte de los Individuos.

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Dicen que en toda Vida hay dos cosas inexorables e inevitables: La Muerte y Hacienda.
Ahora habrá que sumar una tercera: El Fascismo Estatalista metiendo el morro donde no le llaman.

Si a esta nueva Ideología para la Muerte Digna, le sumamos aquellas declaraciones, de hace unos pocos años, de la Presidente del FMI, Dominique Lagarde, en las que se quejaba amargamente de que los ancianos se empeñasen en seguir cumpliendo años, ocasionsndo riesgo de quiebra en los Sistemas Públicos de Pensiones, empiezo a sacar conclusiones sobre las verdaderas razones tras el interés por la Muerte Digna.
Y en estas conclusiones no veo la humanidad ni la defensa de la Libertad Individual de las que presumen y emplean como argumentos.

UNA MUERTE “DIGNA” FUE LA DE LOS MÚSICOS DE LA ORQUESTA DEL TITANIC QUE SEGÚN CUENTAN SIGUIERON TOCANDO MIENTRAS SE HUNDÍA EL BARCO.