Hoy estoy guarnío. Y lo que más me gusta de estar guarnío es poder decir que estoy guarnío… Es una expresión que me encanta… como tantas otras que son tan nuestras. 
Cuando decimos que hijo puta eres, es un halago, pero si ponemos la preposición de, la cosa cambia y mucho “hijo de puta”, ya esto si es un insulto en toda regla.
Cuando no te acuerdas del nombre de algún amigo/a que te encuentras por la calle, pues vas y le dices “quillo/a como estas” y Santas Pascuas.
Otros saludos de amistad son, picha o picha mía, mi alma. Ven a pa’ca que te voy a reventá de un abrazo.
Como cuando uno se harta de comé acaba engollipao o cuando riegas las macetas más de la cuenta  las dejas enguachinnás… 

data-ad-format=”auto” data-ad-slot=”7261816399″ style=”display: block;”>

De niño en las ferias, nunca iba a las atracciones, sino a los cacharritos…a los amigos pesados se les dice jartibles y cuando me saltaba el colegio lo que hacía era rabona… (qué peyas ni peyas). 
A lo largo de mis años he conocido a más apollardaos que tontos y a más esnortaos que despistados… pero nunca a ningún antipático, sólo a malajes o saboríos… 
Aquí lo mucho es una jartá o una pechá, y lo poco es una mijita… y la gente no pasea, da vuertas… Lo que está muy sucio está empercochao y lo que limpias a fondo lo dejas escamondao… 
Si se te va la cabeza te quedas majarón, y si das mucho la lata te llaman pejiguera… Los borrachos, que son papaos, no deambulan, sino que dan camballás… y la gente no odia la mentira, sino el falserío… 
Si me enfado contigo, en vez de mandarse lejos, te digo…te qui pui.
Lo roto está descuajeringao y lo pasado de fecha revenío… los cobardes son jiñaos y lo muy visto está mu manío… 
Por estas expresiones, y muchísimas más  cada vez me gusta más el andalú… y quien diga que hablamos mal que aprenda a entendernos y verá como al final hasta le gusta… (y que conste que lo que acabo de contar no es ninguna tontería, sino una chuminá)”.
NO NI NÁ – tres negaciones para una afirmación rotunda.