@jsobrevive.- Llevamos unos años en que levantarnos de la cama y escuchar una nueva noticia procedente de Cataluña y relacionada con el separatismo es todo uno. Es como el chulito que se pasa el día amenazándote y que tiene más miedo que tú o el famoso agárrame que le mato. Una amenaza continua en la que el resto de españoles nos quedamos ya mirando hacia las bravuconadas que llegan desde allí y hemos pasado del enfado al aburrimiento.
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Que me voy, que me voy a ir, mira que ahora pongo unas urnas, mira que ahora viene Guardiola a dar un discursito para arengar a las masas y nosotros mirando ya como las vacas miran al tren cuando pasa. Continuos avisos, continuas amenazas de pobres hombres que en realidad tienen más miedo que vergüenza. No se atreven, han hecho todo esto por lo que lo han hecho, les han pillado con el 3% y con el carrito del helado y tienen que desviar la atención como sea. El problema es que en esos casos siempre hay mentes alienadas que caen en la trampa y se lo creen todo.
Y nos cuentan, además, que Cataluña será poco menos que un paraíso en la tierra cuando sea independiente, que los mismos que se han llevado las comisiones públicas guiarán a todos los catalanes a la felicidad absoluta, al soma. Aquí solo hay un pequeño problema, que no es otro que el dinero. No tienen dinero para llegar a fin de mes y pretenden hacer un paraíso celestial al margen del resto de España, que es de quien se financian.
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Pues no me puedo imaginar lo que sería vivir en Cataluña al margen de la financiación española, serían independientes, pero abrasados a impuestos y, aún así, seguro que no habría suficiente.