@jsobrevive.- Es surrealista ver como cuando Hacienda publica su nuevo y vergonzoso listado de morosos todo el que lo lee juzga y se rasga las vestiduras. Qué suerte tenemos los españoles de ser así de perfectos y cumplidores con la injusta y saqueadora Hacienda Pública española. Puede ser que haya mucha gente que quiera darles más todavía, es posible que los seis meses de trabajo que dedican al año para pagar impuestos les parezca poco y quieran más, pero lo más probables es que muchos de los que se rasgan las vestiduras no sean más que unos hipócritas y unos fariseos.

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Pero ya lo que pasa del surrealismo al esperpento es que el estado publique unas listas de personas y de empresas para ser quemadas en la hoguera de la plaza pública, cuando es el propio estado el que peor, más tarde y, a veces, nunca paga. Y es que ese es uno de los grandes problemas que hemos padecido y que padecemos en este país, la morosidad del estado. Aquello de “pagan mal, pero acaban pagando” no se cumple en muchos casos, que pregunten a los damnificados que han tenido que cerrar negocios gracias a la deuda contraída por organismos públicos con sus empresas.

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Después, lo peor de todo, es que son ellos mismos los que se dedican a perseguir a los demás, cuando son a la vez responsables de que muchos de ellos aparezcan en sus vergonzosos listados. Y la gente mira esos listados complaciente, tranquila y juzgando la vida de los demás, como si fueran dioses. Hasta que aparezca alguno de ellos y se tenga que comer sus propias palabras.