emocionado

Aparte de para ser lanzada al espacio y contactar con vida extraterrestre (como se hizo con la novena sinfonía de Beethoven) el hombre se ha servido, y se sirve, de la música clásica para fines bastante alejados de los que en un principio sus autores tenían en mente cuando la concibieron.

Así, del mismo modo que a Joseph Haydn jamás se le debió ocurrir que su Cuarteto para cuerda “Emperador” acabaría compartiendo reparto con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman enCasablanca, Richard Wagner ni intuyó que su Cabalgata de las Valquirias acompañaría un ataque a una posición del Vietcong en Apocalypse Now.

Nuestro amigo de hoy se llama George Friedrich Händel y, como buen genio de la música que se precie, también ha hecho sus pinitos en el séptimo arte: En El club de los poetas muertos su Música Acuática comparte cartel con el gran Beethoven mientras que en Cuatro bodas y un funeral asoma su oratorio Salomón.

Händel(16851759) es una de las figuras cumbres del barroco. Su inmenso legado incluye todos los géneros y entre sus obras más conocidas destacamos su famoso El Mesías,la mencionada Música acuática o Música para los Reales fuegos de artificio (música por cierto reconocible durante el baile de máscaras en la película El hombre de la máscara de hierro, la película del chico este que se muere congelado en Titanic).

Nuestra historia de hoy empieza en 1712 cuando Händel, con una sólida carrera musical ya forjada como maestro de capilla del príncipe elector de Hannover Jorge, viaja a Londres para estrenar Rinaldo. Tras el éxito obtenido, decide establecerse en lo que por entonces era el centro musical de Europa. La casualidad, el linaje y las guerras (entre ellas la de Sucesión española) hacen que el príncipe elector de Hannover acabe también con sus huesos en Londres convertido en el rey Jorge I de Gran Bretaña.
Dada la popularidad de su anterior Maestro de Capilla y la poca estabilidad del recién creado Reino Unido, el rey no duda en utilizar propagandísticamente a Händel y lo pone a su servicio. La relación entre músico y monarca es tan fructífera que el rey poco antes de morir le acaba concediendo la nacionalidad británica.
Tras la muerte de su prolífico benefactor, el primer encargo que Händel recibirá de la Corona como ciudadano británico será, nada más y nada menos que, los Coronación Anthems. Es decir, la composición de la música para la coronación de Jorge II y Carolina.
Un “anthem” es un género musical típicamente inglés, que consiste en una pieza coral religiosa, extraída de la Biblia destinada a los oficios religiosos y que posteriormente se adoptó (esta tradición se sigue llevando a cabo) en las ceremonias de coronación de los reyes ingleses.
Allá por 1727 Händel comenzó a escribir sus Coronación Anthems del nuevo rey basados en los textos de la King James Bible, la traducción más popular al inglés de la Biblia.
Zadok the Priest es el primero de los cuatro himnos de sus Coronation Anthems y el que ocupa nuestra atención. Tiene una duración de unos cinco minutos y está inspirado en estos versículos del libro I de los Reyes:

 

“Zadok the Priest, and Nathan the Prophet anointed Solomon King.

And all the people rejoiced, and said:

God save the King! Long live the King!

May the King live for ever, Amen, Allelujah”

Este himno ensalza el alzamiento del sujeto por encima del resto, la coronación de una entidad que domina a las otras desde la altitud. Sea en este caso un rey, o en el que hoy nos ocupa un equipo de fútbol… Sí,exactamente, un equipo de fútbol.

Del mismo modo que Beethoven jamás llegó a imaginar una Europa Unida, mucho menos imaginó que su himno sería el cuarto movimiento de su novena sinfonía… Händel se quedaría ojiplático al ver como hoy, millones de personas en el mundo suspiran por que su Zadok the Priest inunde el estadio de su equipo de fútbol favorito.
EXACTO, el himno de la UEFA CHAMPIONS LEAGUE oficial que cada miércoles escuchamos,grabado nada más y nada menos por la prestigiosa Royal Philharmonic Orchestra y la Academia St. Martin in the Fields, está inspirado en el primer Coronatión Anthems deGeorge Friedrich Händel Zadok the Priest.
Aquí podéis escuchar uno… y otro.