El Diestro.- Que la violencia doméstica es una lacra inadmisible y abundante en esta sociedad en la que vivimos es evidente. Que esa lacra ha existido siempre, también lo es. La diferencia entre antes y ahora es que ahora nos enteramos, ahora los medios de información informan de estas circunstancias, pero con una salvedad, si el asesinado es un hombre a manos de su mujer.
El querer conocer esas noticias, las del hombre asesinado, no significa que se quiera restar un ápice de tragedia o de dramatismo ante lo que significa el asesinato de una mujer a manos de su marido o pareja; significa que lo queremos saber todo, sin manipulaciones. Una verdad a medias es tan falsa como una mentira, no nos explicamos la persecución a la que se somete a todo el género masculino en esta sociedad española tan manipulada y tan fácilmente manipulable.
Si una mujer es asesinada por su marido, no tiene por qué penalizar a todo el género masculino, como no tendría por qué serlo el femenino si se diese el caso contrario. Que mueren muchas mujeres, demasiadas, a manos de sus maridos o parejas es evidente, pero también lo es que mueren hombres a manos de sus mujeres o parejas. Desde “El Diestro” no dejamos de preguntarnos por qué ese tipo de noticias, las de los hombres asesinados a manos de sus parejas, se ocultan.
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Cuando algo evidente se oculta de esta manera genera dudas, genera preguntas que, por el hecho de ser silenciadas, provocan sospechas que podrían ser infundadas, pero que no por ello dejan de ser lógicas. Este hecho es una manipulación evidente, como el hecho de que por el mero hecho de preguntarse algo así a alguien se le pueda tachar de machista o de insensible ante la tragedia de lo que es un asesinato, el de cualquiera. El respeto por la vida ajena tiene que ser ante la vida de cualquiera, sin distinción de sexo, raza, religión, ideología o edad. Que tomen nota los manipuladores, los manipulados y los manipulables.