Santiago Torres.- Si algo define a la perfección la perversidad y corrupción de nuestro Sistema Político, es la creación de una Neolengua que magnifica algunos conceptos como Pacto, Negociación, Acuerdo o Consenso, que se nos presentan como estupendos por sí mismos, ignorando que en realidad son neutros y que su bondad o maldad depende de la legitimidad para usarlos y del resultado.
La relativización y anulación de la Ética y la Moral y de los esquemas Conceptuales del Lenguaje, hacen posibles Pactos que son Confabulaciones, Negociaciones que son Cambalaches, Acuerdos que son Repartos y Consensos que son Traiciones.
Pero estos conceptos hacen bueno lo que tocan, y Pactar comer Mierda, Negociar quien la come y quien la caga, Acordar el uso de cuchara y Consensuar la ración, pasa a ser razonable solo por el supuesto efecto virtuoso de estos Verbos.