Eugenio Narbaiza.- Mañana, domingo de resurrección, el nacionalismo vasco celebra el DÍA DE LA PATRIA VASCA o ABERRI EGUNA, como elemento de reivindicación de la existencia de una nación vasca, formada por siete provincias, ZAZPI BATÍAN , en las que engloba a las tres de la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y tres provincias francesas de influencia vascófona. Como viene siendo habitual, está celebración se parte en dos, puesto que por una parte, el nacionalismo calificado como moderado, el PNV, reúne a sus fieles en la Plaza Nueva de Bilbao, mientras que el radical o proetarra, se reunirá este año en Guernica, la villa foral, para lanzar sus habituales soflamas independentistas.Sin duda, este año, ambos usarán en sus discursos como eje ese falso desarme que nos vendió la banda asesina ETA.
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Lo que realmente hay que analizar en esta fecha, ficticia por su planteamiento e irresponsable por la excesiva importancia que se le da, es si el nacionalismo resistirá el horizonte que se le plantea desde el punto de vista de quién va a tener la hegemonía en el discurso, ya que a partir de esta legislatura, teniendo en cuenta la aparición de Podemos, se va a producir una importante batalla soterrada, respecto a que parte del nacionalismo, será el aceptado por los ciudadanos.Por un lado, el PNV, sin querer aventuras como las del “Plan Ibarreche”, batallara con Bildu su posición hegemónica, usando parte de sus reivindicaciones en materia de presos, acercamiento e intentando asumir las competencias penitenciarias, aprovechando la posición de debilidad del gobierno de España, pero con el lastre de haber necesitado los votos del PP para aprobar sus presupuestos. En el lado proetarra, su futuro estará condicionado también por los presos, pero con la particularidad de que de cara al futuro, corre el peligro de que Podemos pueda fagocitarle como fuerza política y sea una formación con mayor representación que Bildu.
Caso aparte es el de Navarra, el objetivo prioritario del nacionalismo vasco,que se ha convertido en un laboratorio político del nacionalismo, hoy en día en el gobierno de las instituciones, para conseguir desde dentro, la destrucción de la esencia del “navarrismo” e intentar fabricar con decisiones que no concuerdan para nada con el sentimiento de esta región, una anexión a la Comunidad Autónoma Vasca. En este sentido, Ana Beltrán, presidenta del PP de Navarra, nos señala en una conversación mantenida con El Diestro, que el Aberri Eguna no tiene nada que ver con la comunidad foral y que todo lo que está pasando en los últimos tiempos, solo pretende desnaturalizar Navarra con Kale Borrokas ejecutados por gente venida de fuera o con incidentes como los de Alsasua. Por otro lado, también critica las políticas lingüísticas del gobierno de Barkos, porque no respeta la idiosincrasia Navarra y hace un llamamiento a la unidad de los navarros para rechazar estos actos de gobierno, indicando que el gobierno español, aunque está preocupado por lo que viene sucediendo, defenderá por encima de todo, la Navarridad de Navarra, mostrándose optimista a que en una próxima contienda electoral, con unidad, se puede conseguir que Navarra vuelva a ser lo que siempre ha sido, uno de los ejes de la vertebracion de España como nación.