Pablo Iglesias, El Pozo
Pablo Iglesias


La Asociación de la Prensa de Madrid denuncia que varios de sus periodistas asociados son amenazados y acosados por miembros de Podemos. ¿Sorpresa? Ninguna. Sorprende más bien que esto sorprenda a alguien. Sorprenden las reacciones y declaraciones de los máximos responsables podemitas. “Lo desconocemos”. “No es propio de nuestra formación”. “¿Quién, cómo, cuándo y dónde?” “¿Por qué los afectados no denuncian?”

data-ad-format=”auto” data-ad-slot=”7261816399″ style=”display: block;”>

Pero sorprenden más todavía las reacciones de algunos medios de comunicación extrañados de esa noticia, claro, los favorables a Podemos. Los que nunca recibirían ningún tipo de amenaza ni acoso porque sencillamente son defensores de esta formación política.

¿Sorpresa? Ninguna porque esto no es algo que pase solamente con periodistas o medios de comunicación, esto es algo que nos pasa a todos. Todos los que criticamos a Podemos desde un blog o cualquier red social hemos sufrido los cariñosos calificativos y amenazas de sus cientos de miles de cuentas falsas, cuando no de alguno de sus responsables políticos.

Parece mentira que haya gente capaz de llevarse todavía las manos a la cabeza con este tipo de noticias porque normalmente no disimulan ni se esconden para hacerlo. Cuanto más daño haga la crítica, cuanta mayor difusión tenga más fuertes y descarados serán los ataques. Se juntan unos cuantos a través de sus múltiples canales de comunicación y se pasan el día lanzando dardos envenenados contra sus víctimas e insultos de lo más variopintos y graves.

No debería hacer falta ni denunciarlo puesto que la justicia podría actuar incluso de oficio. No hay más que abrir Twitter, Facebook o cualquier otra red social y seguir alguna de las cuentas de los responsables podemitas. No hay más que seguir el hilo para encontrar a las víctimas y a los culpables. Pero lo más curioso de todo es que incluso para intentar demostrar la falsedad de estas acusaciones los propios protagonistas lo hacen insultando y acosando por Twitter a la propia responsable de la Asociación de la Prensa de Madrid, Victoria Prego. Si es que son unos animalitos, unineuronales, pero animalitos al fin y al cabo.

Vía “Diario de un Superviviente Arruinado”

data-ad-format=”auto” data-ad-slot=”7261816399″ style=”display: block;”>