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Editorial |
Y claro está, para sumarles virtudes teologales está la cuestión de llamar fascista a quienes precisamente son demócratas de verdad. Es decir, los fascistas llaman fascistas a los demócratas, que son todos aquellos quienes después de pasar las pruebas de sangre no comulguen con sus sectarismo; y además, no se cortan en utilizar la violencia de palabra, hecho y mediante simbolismo. Los líderes fascistas se llaman a sí mismos demócratas y justifican la violencia de sus juventudes hitlerianas. Ya sabemos cómo ha reaccionado Mas ante el ataque a la fiscal. Dicen que son chicos jóvenes que aman la libertad y a los que hay que “perdonar sus pequeñas travesuras” de juventud, y si esa travesura es punible por el código penal mayor es el triunfo y la felicitación de la manada. El fascismo tiende a eliminar al oponente: ya sea una eliminación política mediante la intimidación o simplemente eliminación física. Los camisas negras de Mussolini mataban a palos a los oponentes políticos. Esos lobeznos secesionistas suelen ir en manadas, se caracterizan por su extremada agresividad, cobardía y odio: “Jamás olvidaré la mirada de odio de ese joven” afirmó la fiscal Magaldi.
El joven que agredió a la fiscal saltándose el cordón policial desconoce y odia la libertad y desconoce y odia la democracia. Los líderes nacionalistas se han inventado el enemigo exterior mientras los que robaban eran los Pujol y las familias catalanas que antes agasajaban a Franco. Cómo les han tomado el pelo a esos jovenzuelos. Un líder nacionalista es como una culebra: cambia la camisa y cuando antes era más franquista que nadie ahora vive de haber luchado contra el franquismo. Qué lástima de España y de que sean los peores de los peores los que suben al poder.
Así que se puede suponer que los verdaderos fascistas se debieron encontrar como pez en el agua cuando aullaban contra la fiscal y alguien se saltó el cordón policial y espetó a la fiscal de “fascista, eres una mierda, vete de Cataluña”, según reza en diferentes medios de comunicación. Así la fiscal Anna María Magaldi, compareció ante los medios de comunicación el martes 14 de febrero de 2017 para dar una rueda de prensa y explicar los hechos de la agresión. Incluso en unos momentos, al verse rodeada de tanto cafre temió por su integridad física cuando declara: “En algún momento tuve miedo de recibir algún coscorrón”. Claro, que cuando los fascistas empiezan con un linchamiento, aunque sea por uno verbal, no se sabe cómo puede acabar. Y mientras, el jefe Mas antes de entrar en el juzgado recibió una innecesaria pleitesía por parte de quien imagino un alto cargo de la policía autonómica, cuando ante quien debería haberse cuadrado es ante los componentes del tribunal, que menuda papeleta les ha encomendado la cobardía del gobierno.
Claro, que la cobardía…
“Les dieron a elegir la guerra o la vergüenza; eligieron la vergüenza, y tuvieron la guerra“. Otra sentencia que tampoco, por lo visto, pronunció Churchill. Pero como todas las sentencias que no pronunció, también puede convertirse en profética.
Dios Mio!! Lo publicaste el febrero y hoy 3 de octubre tiene plena vigencia!!! Muy bien escrito