

Perdonen ustedes si mis palabras en este post resultan atropelladas. Perdonen si me cago en todas las Administraciones educativas, sus Protocolos de Actuación ante sospecha de maltrato, en los profes que se ponen de perfil y los padres de mierda que no enseñan a sus hijos las diferencias entre el bien y el mal.
Perdonen si este post queda demasiado largo: son tantas las palabras que empujan para salir escupidas de mi garganta, tantos los casos presenciados en mis últimos años de Instituto, tanta la rabia que me come y las lágrimas que no me dejan ver el teclado…
Se ha ahorcado una niña. ¡Dios mío! Ni yo con mis sesenta años y varias vidas consumidas como testigo de la maldad humana sería capaz de hacerlo
¿Cómo ha podido hacerlo una niña por Dios? ¿qué está pasando en los Institutos, en las calles, con nuestros adolescentes? ¿donde hay que buscar los culpables de la terrible muerte de esa criatura?
La imagino escogiendo una cuerda apropiada en el chino de la esquina, buscando en su cuarto el lugar adecuado, tiene que resistir su peso y ella está gordita, eso le dicen sus salvajes compañeros; la veo haciendo el nudo corredizo, quizás consultara en Internet cómo se hace; la silla, la cuerda en su cuello, el salto de la silla, los eternos minutos de agonía… ¡MALDITOS!
Recuerdo una columna de Muñoz Molina en las lejanos años en que empezaba a perderse peligrosamente la autoridad de los profesores. Decía que había que conservar esa autoridad aunque sólo fuera para proteger a los niños débiles, a los que, como él mismo, le temían al patio del colegio.
Los profesores, por “modernidad”, por pereza, por miedo o por incompetencia, se han dejado ganar la batalla, las aulas son trincheras de guerra, créanme, sé de lo que hablo porque me costó el trabajo que me daba gran parte de la vida.
Los políticos que han gobernado, todos, se han ocupado de que sus comisarios, inspectores, asesores, psicólogos y pedagogos hicieran bien el trabajo: han de saber las lindas criaturas que lo que tienes en la entrepierna no depende de tus cromosomas sino de tu deseo, han de escenificar batallas contra el invasor español, han de ser, por encima de todo, profundamente ignorantes, porque mientras más ignorante es un pueblo más fácilmente manipulable.
Enhorabuena a todos: lo han conseguido en apenas unas decenas de años… atrás quedan los cadáveres de Jokin, Diego, Arancha… son muchos ya, y por cada uno de ellos lloro, y por ninguno de ellos se ha hecho justicia.
¡MALDITOS TODOS LOS CULPABLES!