Hoy mientras leía las noticias del día me preguntaba sobre que tema podría opinar en este blog. Así que después de un rato leyendo, encontré la noticia adecuada. Y no solo eso, no. La noticia era de un personaje que siempre me inspira desconfianza y críticas. Pues bien, no sé si habéis oído hablar de un tal Ramón Espinar. Supongo que sí. Conoceréis a los dos padre e hijo, pero hoy opinaré sobre el personaje del hijo.

Os preguntaréis, ¿por qué le llama personaje? Porque es un excelente actor. Un actor de la manipulación, del populismo extremo, de la demagogia barata… en definitiva, excelente para la farsa y el engaño. Por eso para mí es un simple personaje.

Hoy nos hemos enterado que en el  mismo mes que vendía su piso también organizaba una manifestación con el lema: sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo. Así que mientras se embolsaba 20.000€ gritaba con fervor dicho lema. Haciendo lo que mejor se le da, actuar. Y no solo actuar, también llevando a niveles extremos su populismo y demagogia barata.

Hay que ser caradura y tener muy poca vergüenza para plantarse al frente de un grupo de personas y mentir de forma descarada, y ni si quiera ruborizarse. Pero claro. Supongo que se actúa mejor con20.000€ en el bolsillo.

¿Sabéis qué es lo mejor de todo?

Que esa gente que iba con él en la manifestación no se lo recrimina. Es más. Le defiende con el mismo fervor, con el que este personaje gritaba su farsa. De ahí que me refiera a él como excelente demagogo y populista. Tan bueno, como para lavarle el cerebro y adoctrinar a miles de personas y acabar por convertirlas, en su ciego rebaño.

Así son los nuevos políticos. Van de gente normal, de pobres. Unos supuestos marginados por el capitalismo y promoviendo una nueva política. Una nueva política que no es otra que el rancio comunismo. Eso sí. Ejerciendo de capitalistas especuladores en cuanto pueden. Y que más da que se sepa, ya tienen adoctrinados a casi cinco millones de personas que en cuanto reciban la orden ejercerán de fieles escuderos.

Como muchos sabéis, soy ciego desde hace muchos años. Pero si de algo me alegro, es que veo bastante más que los que creen en estos nuevos políticos. Los bien llamados, Pijomunistas. Y digo que a pesar de ser ciego veo más que sus votantes, por un motivo. Yo no voy cegado a votar.