Lo que tenía que pasar y todos esperábamos ha pasado y, quizás, antes de lo previsto. Andrea la niña gallega de 12 años cuyos padres pidieron que se le permitiera morir ha fallecido. Esta historia es una de esas historias que te impacta y que te hace colocarte en el lugar de los padres por lo que es imposible que haya, por mi parte, ningún tipo de crítica ni de juicio hacia ellos ante una decisión tan difícil, como he dejado claro hace tan sólo unos días.

Pero hay algo que me ha sorprendido mucho después de la muerte de Andrea, lo mucho que le gusta a la gente opinar de todo, aunque no tenga ni idea, y mezclando todo con temas religiosos, políticos, morales y usando para todo ello términos quizás bien sonantes, pero un tanto gratuitos. Habla hoy todo el mundo de muerte digna, ¿muerte digna? ¿Cómo es la muerte digna? Porque es que yo desconozco donde está la dignidad de la muerte, sobre todo la dignidad de la muerte cuando se trata de un hijo.

Uno de los comentarios más estúpidos que he leído ha sido algo así como: “estoy triste, pero también feliz porque Andrea ha tenido una muerte digna”. ¿Feliz por que Andrea ha tenido una muerte digna? Y si te hace tan feliz, ¿por qué no te mueres tú? o mejor ¿por qué no invitas a alguno de tus hijos a ser feliz muriendo dignamente? La gente tiene mucha facilidad para usar calificativos absurdos, pero sobre todo cuando no les afecta a ellos directamente. Si fuera alguno de tus hijos, tu madre, tu padre, tu hermano, ¿estarías feliz porque han muerto dignamente? Debe ser que la dignidad de la muerte esté en la dignidad de la muerte de otros y cuanto más alejados de tí mejor; total, tú sueltas la frasecita y te quedas tan pichi.

La muerte no es ni digna ni indigna y si los padres de Andrea hubieran decidido que a su hija se le hubiera tratado hasta el último momento, la muerte de esa niña no habría sido ni mejor, ni peor; no habría sido desde luego indigna. Esta exhibición continua que son las redes sociales provoca que hasta los más tontos tengan el derecho de teclear cuatro palabras y todo porque alguien les ha dicho que van a quedar muy bien.

Perder un hijo debe ser lo más duro por lo que tenga que pasar una persona, bueno eso y las gilipolleces que después digan los de alrededor si ha sido un caso mediático como este.

Descansa en paz pequeña.