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Distintas civilizaciones según Hutington |
La globalización, la recesión, las altas finanzas carentes de moral, el empleo precario carente de moral, las políticas y movimientos de inmigración masiva carentes de moral, etc., todo ello ocurre obedeciendo a motivos de los que por expresa cortesía de la manipulación mediática no tenemos ni tendremos jamás información fiable, pero cuyos efectos sí experimentamos nos expliquen lo que nos quieran explicar los periódicos oficiales, las tertulias televisivas o la noticias de radio. Por ejemplo, antes, un mileurista era considerado socialmente como un paria, un pobre, y ahora los canales de tv se encargan sutilmente de presentarlo como a un privilegiado vencedor. Guai, que se las arregla con los mil Euros y encima comparte fiambrera de buen rollo con los “compis” del trabajo. Y hay miles de ejemplos más, pero creo que la idea se ha captado ya. En realidad, esta gran mentira de la igualdad está acercando el Primer Mundo al Tercero y no el Tercer Mundo al nivel del Primero, aunque ahora esos eufemismos para designar a países ricos y pobres haya desparecido tras el final de la Guerra Fría. Ahora se les llama países desarrollados y en vías de desarrollo. A otros ni se les nombra en términos económicos: son países en conflicto. Esa es la forma de control a la que en realidad aspiran los populistas junto a los sistemas teocráticos; y ellos lo saben, aunque prediquen lo contrario. Si la partitocracia (no vivimos en democracia) casi ha destruido a la clase media que heredó del franquismo, los populistas la barrerían por completo del mapa. De culminarse sus pasiones, las sociedades estarían compuestas por una masa de pobres muy pobres y unos pocos ricos muy ricos, controlando la producción y distribución pero no de la riqueza, sino de la pobreza bajo un sistema absolutamente fascista que ellos llamarían democracia. Seguir Lectura >>