En cierta ocasión escuche a un senador de los Estados Unidos argumentar un resumen muy simple y sencillo del tipo de gobierno de su país. Cuando los padres de la patria -vino a decir- después de expulsar a los ingleses se reunieron para ver qué se podía hacer con todo aquel lío- refiriéndose al momento después de haber ganado la Guerra de Independencia contra los ingleses -vieron que las formas de gobierno que se conocían hasta entonces eran todas imperfectas y un absoluto fracaso: el gobierno en poder de uno solo (el rey) no les servía, porque precisamente habían estado luchando contra la tiranía del monarca Jorge IV. Por lo tanto, darle el poder a una sola persona quedaba descartado.

El poder en manos de unos cuantos (oligarquía) tampoco les ofrecía garantías, porque unos cuantos parlamentarios en Inglaterra les habían causado los problemas de los impuestos abusivos sin representación contra los que habían estado precisamente luchando, así que descartaron también esa opción.

Y el poder en manos de muchos tampoco les gustaba, porque una chusma manipulada por demagogos había crucificado a Jesucristo, y de eso tampoco se podían fiar. El poder en manos de todos podía derivar fácilmente a una chusmocracia, que sería el peor y más abusivo de los gobiernos; y así lo exponía claramente la Biblia.

Esas eran las formas de gobierno posibles conocidas que habían estado funcionando hasta 1776, y los padres de la patria fueron discutiendo y dándole vueltas para ver qué tipo de gobierno iban a implantar. Por fin dieron con la solución:


Así que lo que hicieron fue coger a esos tres poderes y meterlos a todos en la misma olla, de forma que se estuviesen siempre controlando entre ellos y en perpetua tensión. Para mantener la tensión pusieron a un presidente (poder en manos de uno) instauraron un senado (poder en manos de varios) y un congreso (poder en manos de todos). Esa fue la solución: no fiarse los unos de los otros, darles a cada uno unos poderes específicos para que pudiesen vigilarse constantemente y que ninguno tuviera la más mínima posibilidad de instaurar una tiranía, maquillada de democracia (o rex publica como la llamaron al principio) o no. Control, control y más control entre ellos, tensión, tensión y más tensión entre ellos para que ante un intento de abuso de poder, tuviese o no éxito, la impunidad fuese igual a cero y las aguas volviesen a su cauce. De esta forma tan sencilla simplificó ese senador el nacimiento de la primera democracia constitucional que tuvo éxito en el mundo. Evidentemente, aquellos padres de la patria quisieron instaurar el mejor de los sistemas posibles y pusieron en la práctica las teorías de Montesquieu: precisamente la únicas donde el banco de pruebas de la historia ha demostrado ser la mejor de entre todas las formas malas de gobierno existentes, ya que no existe ni una forma de gobierna perfecta porque los hombres somos imperfectos. La utopías socialistas que surgieron de Rousseau hasta llegar a Marx, evidentemente, fracasaron todas. Son eso: utopías