Iglesias aparentando las sentadas de Sol

Se congregaban día sí día también las extremas izquierdas, los antifascistas, los antisistema luciendo iPhones, tablets, portátiles y equipos de RR. SS. de última generación. Se les podía distinguir por su apariencia, que vino a acuñarse como “perroflautas”, por aquello de asemejarse a los mendigos que acompañados de algún instrumento musical y de un perro recogen monedas haciendo la vida más agradable con su música en cualquier esquina de las ciudades, pero detrás de esa apariencia y a la vista de semejantes equipos tan caros a ninguno de los presentes se le ocurrió preguntar quién podía estar financiándolos. Es evidente -la llamada a la rebelión que surgió en Sol hizo que vinieran antisistema de todas partes de Europa, y eso tiene un coste en viajes, estancias y organización- Sin financiación no pueden estar un día aquí y otro en Grecia o cualquier otro país.

También asistía mucha gente bienintencionada, nerviosa, ocupando la plaza de Sol. Gente sedienta de soluciones y de líderes a quienes estaban dispuestos a apoyar. Gente buena engañada porque el gobierno había cargado sobre ellos todo el peso de la crisis. Y engañada por las izquierdas porque en aquella plaza de Sol se hablaba de un cambio, de una democracia y una nueva forma de organizar la sociedad. Pero lo que prometían aquellos líderes era también falso porque aseguraban que con ellos vendría la utopía y las utopías no existen. Sus críticas al sistema podían acercarse más o menos a la verdad, pero mezcladas con esas verdades a medias sus propuestas eran cantos de sirena ya que está demostrado que el reparto socialista de la riqueza y todas las maravillas que promete el socialismo están muy bien, pero solo en el plano teórico
No hay nadie capaz de negar la apariencia moral del socialismo teórico: algunos llegaron a decir que Cristo fue el primer comunista. Pero esa gente buena, al desconocer la historia y faltarle cultura política no se dio cuenta de la gran estafa de Sol: el socialismo teórico es maravilloso, pero se necesita un dictador para imponerlo. Imponerlo desde las tesis teóricas resulta absolutamente imposible e históricamente siempre ha fracasado y fracasará. Quienes lo preconizan lo saben. Y una vez impuesto ya no se trata de socialismo porque empieza siendo un sistema totalitario desde el principio hasta el final. Aseguraban que con ellos sería el pueblo quien tomase las decisiones de gobierno y no la casta. Se hablaba de una especie de sistema hiperasambleario nacional. Escribí algún artículo en mi Blog sobre la imposibilidad de usar la democracia interna dentro de Podemos o de cualquier otro partido de masas. En definitiva, gente buena engañada por los dos: por los que estaban en el gobierno y por los de extrema izquierda que lo iba a cambiar todo. De haber dispuesto esa clase media de representantes leales, habrían cargado el peso de la crisis sobre el gasto político inútil, duplicado, las supérfluas embajadas regionales, las inútiles empresas estatales creadas para colocar a los suyos, las televisiones regionales; los altos cargos duplicados, triplicados, de toda la corte celestial de parásitos que siguen saqueando las cuentas del Estado ganado más que nuestro presidente del Gobierno. El motivo es simple, esa clase media carece de representantes ni se les espera, ya que no vive en una democracia y sin embargo sí vive en una partitocracia. Y esa gente buena que asistía a Sol en busca de soluciones para aliviar su desesperación también fue engañada por los que les rodeaban prometiéndoles una utopía. Los de Podemos ya han conseguido cambiar el duro asiento de cemento en la plaza del Sol por el de los jugosos sueldos y mullidos sillones en Bruselas, Ayuntamientos y el Congreso, aunque a veces les dé por aparentar lo contrario (ver imagen). De llamar rabiosamente “casta” a la clase política han pasado a borrar esa palabra de su diccionario podemita, no sea que alguien se lo llame a ellos también. Pero la gente buena que les acompañó desesperada en la plaza de Sol y desde las televisiones de toda España ya se han dado cuenta de que son tan casta los unos como los otros. Se han dado cuenta de sus luchas intestinas de poder, y aunque desconozcan la ley de hierro de los partidos de masas saben ya que todo eso de los círculos es un cuento y que en el partido Podemos lo que se decide ahora es quién será el jefe del partido: en definitiva, quién hará las listas. Se han dado cuenta como ese partido supuestamente anticapitalista se emocionaba extasiado en las mieles del compadreo con la gran banca y los empresarios, ya que lo primero que hicieron fue contactar con ellos y salir en tv en paz y buena compaña. Si se fijan, a la izquierda emergente con pretendidos tintes marxista no se les ha escuchado, en realidad, jamás criticar a ningún banquero ni empresario con con poder (los encausados son árboles caídos de los que hacer leña electoral); y lo primero que hizo su líder fue salir por todas las televisiones, y en especial la Sexta, encantado de conocerse a sí mismo junto a la flor y nata de los empresarios y la banca. Este servidor lo vio televisado con sus propios ojos y este servidor sí que mantiene memoria histórica de lo que le ha tocado vivir. Nunca me harán interpretar a su gusto lo que veo, y espero que a vosotros tampoco.