La activista y “pacífica” Irene Montero solo lo es, lo de pacífica, cuando le afecta a ella. Cuando la violencia recae sobre alguien que a ella no le gusta o le caiga mal, no es que deje de ser pacífica, es violenta de palabra y de obra. No a la violencia contra las mujeres, menos si el violento es su admirado Bódalo. No a las dictaduras, excepto si la dictadura es comunista. Si la dictadura es comunista no solo no la denunciará, se referirá a ella con algún verso cursi de esos de “¿eres poeta? Pues súbete la bragueta”. Aquí una gran respuesta del tuitero @federicoalves para dejarla en evidencia. Vuelve a por otra, Irene.