No se si quedará alguien todavía que crea en algo, yo ya no me creo nada, no es que no quiera, es que no puedo. El asunto de los robos de Jordi Pujol y familia lo está desmontando todo definitivamente. Este es un caso de delincuencia protegida, compartida y ocultada. Pero no sólo por sus colegas políticos catalanes, por todo el espectro político español y a lo largo de décadas. Para mi Pujol siempre ha sido un soplagaitas, no pensé que también ladrón, pero soplagaitas al fin y al cabo. Pero hay que reconocer que para mucha gente con este tipo se le ha caído una especie de mito.

A pesar que el personaje nunca ha gozado de mis simpatías lo que provoca que ya no crea en nada, pero absolutamente en nada, es todo lo que rodea a este caso. Llevamos tiempo vendiendo al mundo nuestro ejemplo de transición y de democracia, pero esto no es más que una patraña. En esa transición lo único que se hizo fue repartir nuestro país en trocitos para que cada trocito fuera explotado, y expoliado, por un señor feudal. En ese pacto tácito se debió acordar no meterse en las corruptelas ajenas para que las propias no fueran descubiertas. Todos, absolutamente todos, salpicados por la porquería, pero desde el minuto cero, y nosotros creyendo sus mentiras, protegiéndolos a todos y pagando como imbéciles.

En este país en el que una persona normal dedica más del 50% de sus ingresos para mantener a esta bazofia política que nos dirige todavía hay gente que, encima, se parte la cara por ellos. Además de crédulos tontos perdidos. ¿Es posible que se pueda permitir que la mitad de tu sueldo se lo lleven estos sinvergüenzas y encima se queden una gran parte ellos? ¿Pero que se ha creído esta gentuza? Yo no trabajo para ellos, yo trabajo para mi familia. Si un ladrón me intenta robar por la calle ya intentaré yo defender lo mío, pero es que con esta gente si intentas defender lo tuyo encima pueden meterte en la cárcel. Y es para quedárselo ellos en gran parte.

Si empezamos a sumar sólo los casos recientes de corrupción: Bárcenas, Pujol, ERES de Andlucía, Caso Campeón, Gurtel, etc….la cifra resultante es astronómica. Y todavía nos salen por televisión con anuncios para intentar evitar el pequeño fraude fiscal que pueda hacer un pequeño autónomo. Tenían que estar todos en la cárcel, desde el que comete el delito hasta el que lo protege, lo defiende y lo oculta. Pero también está la justicia, absolutamente manipulada y partidista. Roban, no devuelven y encima no se les castiga. Democracia, constitución, transición….tonterías, no me creo nada.