Vivimos en un país cateto, al menos esa es la impresión que estoy teniendo estos días con la visita de 2.500 empleados de una empresa china a Madrid y Barcelona. Y es que la cobertura informativa que se le está brindando a esta visita me está llamando mucho la atención. No es que la noticia se diera en un informativo anunciando la forma que la empresa tiene de recompensar a sus mejores empleados, es que los distintos medios de comunicación han desplazado profesionales a acompañar a estos visitantes, informando puntualmente de cada una de las actividades que están realizando. Algo a todas luces exagerado.


¿De verdad es tan importante esta visita?, ¿de verdad interesa que hayan visitado el Palacio Real, hayan ido a una capea o hayan comido arroz? Es verdad que son muchos y que no es habitual que una empresa organice un viaje tan numeroso, pero ¿eso es noticia como para hacer seguimiento permanente? Lo entendería de un periódico o televisión local, pero ¿tanto interesa esta visita en el ámbito nacional? Yo creo que no, pero parece que o soy un bicho raro o los medios de comunicación actúan con otros intereses que yo no llego a comprender. Y es que no creo que en cualquier país de nuestro entorno una visita de este tipo tenga tanto impacto mediático.
Y es que España parece que no ha salido todavía del ‘Bienvenido Mr. Marshall’ y a cualquier millonario que llega se le tiene que rendir pleitesía, como está pasando con estos chinos. Algo que encuentro exagerado y fuera de lugar, ya que el impacto económico para el país, algo que sí considero determinante para esa presencia permanente en medios de comunicación, me parece a mí que es mínima. Porque 2.500 personas son las que llegan diariamente, por decenas, a nuestros puertos en distintos cruceros y, como es lógico, no se está hablando permanentemente de eso.
Y lo peor es que esto seguirá ocurriendo. Y es curioso, cuando era pequeño la gente se reía de Estados Unidos y decía que el hecho de que un bombero rescatara a un gato de un árbol era noticia. Pues ya estamos en eso, ya somos tan catetos como los americanos, pero sin copiar lo bueno de ellos…