¡Oh, cielos! Si se va el alfa, ¿qué va a ser del resto? (Por Dios, no se tome lo de “macho alfa” como insulto a nadie. Nada más lejos de mi intención – Solo se trata de una pequeña licencia literaria), La Verdad es que siempre hay un dominante y un dominado. En este caso es muy fácil reconocer al dominado, porque en este momento cualquiera le planta cara al inefable Pablo. Al único. A quien ya nació marcado por un destino sublime y superior que ni el mismísimo Unamuno hubiera podido describir, Un destino para guiar primero al partido y después a todos los españoles a la situación venezolana y las envidiables consecuencias de los comunismos bolivarianos. O para conducirnos a la opulencia que ahora disfrutan los griegos.
Pero el Sr. Errejón refleja en su exposición en el vídeo que lo tiene todo no solo muy asumido, sino que también superado. Y así continúa hablando de consensos y democracia interna dentro de un partido de masas. Y así siguen esas pequeñas desavenencias entre Pablo y Errejón por discutir si son galgos o podencos. Y desconocen ambos que la discrepancia aparece por algo mucho más sencillo. Simplemente, por desconocimiento del concepto más elemental sobre qué es la democracia en primer lugar, y en segundo por desconocer a Robert Michel, y en qué consiste la Ley de Hierro. Y así se cuelgan el cartel de la ignorancia por desconocer que no existe la democracia interna dentro de los partidos de masas. Ni tienen idea tampoco de que la democracia es todo lo contrario a los consensos.