Dejé de creer en Santa Claus cuando tenía seis años. Mi madre me llevó a verle a unos grandes almacenes y me pidió un autógrago.
(Shirley Temple)

Era ese tipo de persona que se pasa su vida haciendo cosas que detesta para conseguir dinero que no necesita y comprar cosas que no quiere para impresionar a gente que odia.
(Emile Henry Gauvreay)

Sólo una persona inepta rinde siempre al máximo de sus posibilidades.
(W. Somerset Maugham)
Tengo gustos simples, me satisfago con lo mejor.
(Oscar Wilde)

Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.
(Enrique Jardiel Poncela)

El que tiene imaginación con qué facilidad saca de la nada un mundo.
(Gustavo Adolfo Becquer)

Cuando odiamos a alguien odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
(Herman Hesse)

Admiramos las cosas con motivos pero las amamos sin motivos.
(Gilbert Keith Chesterton)

Detrás de un gran hombre hay una gran mujer y detrás de esta, su esposa.
(Groucho Marx)

Permitamos que el tiempo venga a buscarnos en vez de luchar contra él.
(Miguel Delibes)

Los héroes pasan por nuestro lado sin que reparemos en ellos. Se sientan en la terraza de un bar, se sujetan a la barra del metro o hacen la cola en la oficina del paro, como tantos.
(Arturo Pérez-Reverte)

Los regalos se hacen por gusto de quien regala no por mérito de quien recibe.
(Carlos Ruiz Zafón)

La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos jamás se terminan de deshojar.
(Mario Vargas Llosa)

Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.
(Miguel de Cervantes)